Caminando con Diotima de Mantinea


La sensación es muy semejante a cuando, desde Espinal, alcanzo, antes de llegar a Viscarret, el alto de Meizquiriz, y semejante el silbido, el aire fresco, la circunstancia, la soledad maravillosa pero con Solange en mi pensamiento, mi maestra.

Jean-Luc Nancy dice que no tenemos un cuerpo, sino que somos un cuerpo. Y dice que un cuerpo es el lugar que abre, que separa […], donde tiene lugar el acontecimiento. Y que el cuerpo expone la fractura del sentido que la existencia constituye, que el cuerpo es el límite del sentido. Y que el cuerpo es gravedad y lo es con su espesor […] o con su masa de tierra amontonada en la tumba. Pero aquí están los hilos de la magia, ¿podemos llamarlos así? Son zonas de telarañas que se extienden y se extienden. Un cuerpo de telarañas, ¡curioso! Esto no lo había visto nunca antes. Sólo en Meizquiriz, solamente caminando en compañía de Solange, cuando nos conocimos… El sonido del viento parece como traído de otro tiempo, y son hipnóticas y tú las atraviesas como alborozado pero son reales. No me las estoy inventando yo. Aunque parece dudoso que en días o semanas no haya pasado por aquí alguien, antes. Porque, ¿qué especie tejedora podría tramar algo como esto en el plazo de unas breves horas?

Las maestras en la vida son escasas, un raro hallazgo. Durante años tuve un amigo al que más de una vez me descubrí envidiando porque, de algún modo, esa mujer que podría haber sido su madre, le guiaba por un camino que para todos nosotros, el resto de sus amigos, suponía un misterio. Y sólo fue mucho más tarde cuando, un día en que nos vimos, después de un tiempo sin saber uno del otro, me confesó que esa mujer se llamaba Diotima. Y dónde era que podía yo encontrarla. Así que, por qué razón no empezar por el final, nosotros. Y es preciso -dijo ella- que quien pretenda ir por el camino recto hacia el objetivo al que conduce el Eros – que nos acaezca ver la belleza en sí, limpia, pura, con «el ojo del alma», para engendrar no imágenes de virtud sino virtudes verdaderas, al estar en contacto con la verdad: engendrar y criar una virtud verdadera- desde joven empiece a encaminarse hacia los cuerpos bellos; y, en primer lugar, si su guía le conduce correctamente, que se enamore de un solo cuerpo y en él engendre razonamientos bellos; luego, que comprenda que la belleza que hay en un cuerpo cualquiera es hermana de la que hay en otro cuerpo y que, si se debe perseguir la belleza de la forma, es una gran insensatez no considerar que es una sola y la misma belleza que hay en todos los cuerpos y tras haber comprendido esto, debe erigirse en amante de todos los cuerpos bellos, y aquietar ese violento deseo de uno solo, despreciándolo y considerándolo poca cosa. Después de eso, considerar más preciosa la belleza que hay en las almas que la que hay en el cuerpo; de suerte, que si alguien es virtuoso de alma, aunque tenga poca lozanía, le baste para amarlo, cuidarse de él, procrear y buscar razonamientos de tal clase que vayan a hacer mejores a los jóvenes, para verse obligado de nuevo a contemplar la belleza que hay en las normas de conducta y en las leyes, y observar que todo ello está emparentado consigo mismo; con el fin de que considere que la belleza relativa al cuerpo es algo poco importante. Después de las normas de conducta, debe conducirlo a las ciencias, para que vea asimismo la belleza de éstas y, dirigiendo su mirada a esa belleza ya abundante, no sea ya en el futuro vil y de espíritu mezquino sirviendo, como un esclavo, a la belleza que radica en un solo ser […] sino que, vuelto hacia el extenso mar de la belleza y contemplándolo, procree muchos bellos y magníficos discursos y pensamientos en inagotable amor por la sabiduría, hasta que, fortalecido entonces y engrandecido, aviste una ciencia única; algo que existe siempre, no nace ni muere, ni aumenta ni disminuye sino que es la propia belleza en sí, que en nada se hace ni mayor ni menor, ni le sucede nada.

Y estas eran las cuestiones relativas al amor, y en cuyos misterios, a partir de ahora, yo también podía iniciarme. Diotima, la extranjera de Mantinea, en la histórica Arcadia. No le reproché a mi amigo, por supuesto, que nos hubiera mentido a todos como lo había estado haciendo; al contrario, le guardo gratitud por la confianza que me tuvo cuando yo ya sólo era yo y no yo y los otros.

Nos dirigimos en ascenso hacia aquellos aerogeneradores. Pero el olor de las Asturias y Galicia rurales es agrio, inunda la pituitaria y hay que acostumbrarse; no se rechaza pero puede amargarte el estómago.

Un aldeano me vio detenido aquí y, desde la distancia a la que nos encontrábamos, me señaló que debía dirigirme de frente. La flecha todavía no la había visto pero era clara; sólo reflexionaba tomándome mi tiempo. Luego hacia arriba, por entre los pinos del monte, hasta que a las 9h20min. me doy de bruces con ese mirador inesperado. El de esa mesa desde donde se divisa todo. Quiero decir el paisaje pero también a ese peregrino que tranquilamente viene fumando por la carretera. El sol a esta hora ya es deslumbrante pero después de esta pausa continúo la andadura.

En el Banquete platónico, los cinco discursos que preceden al de Diotima expresan las diversas concepciones del Eros que convergen en la religión y la mitología de la época. Pero sólo ella será quien fascine al director Marco Ferrari, y que será el que dirija a la griega Irene Pappas (1988) en la exposición más antigua y esclarecedora que se conozca sobre el Eros; y en el que «lo que ama» tiene un carácter diferente. Eros es amor de las cosas bellas; es decir, de la «Poesía». Y en general, todo deseo de las cosas buenas y de ser feliz es para todo el mundo el amor grandísimo y engañoso. Pero el amor, en resumen, consiste en el deseo de poseer el bien para siempre, y esta acción es, en efecto, una procreación en la belleza. Tanto según el cuerpo como según el alma. Y por eso cuando a lo bello se acerca «lo que desea concebir», se vuelve alegre y se derrama contento, procrea y engendra. Porque el Eros es «Amor de la generación y de la procreación en lo bello».

– Pero por qué -dije yo.

Porque es la generación algo eterno e inmortal, en la medida en que puede darse algo inmortal; así que es forzoso según este razonamiento, que el amor sea también amor de la inmortalidad junto con el bien; es decir, aprovechar la vida para hacerse inmortal y sin hablar del destino del alma, del que es probable que hablemos antes o después.

A las 9h39min. doy con los cursos de agua. Y no habrá más remedio que mojarse, si no se llevan las polainas. Pero es tan hermoso este paso que hasta dolería que no existiera. Y lo cierto es que se supera en seguida. Y sin perder un ápice de su belleza.

A las 9h45min., otra vez se observa, allá abajo, la carretera y más peregrinos circulando por ella. Y es, entonces, cuando recuerdo lo que Solange me dijo: «Cuando ocurra algo irreparable en una parte de tu vida, en un trance de tu vida… en unas horas de tu vida… trata de recordarlo por horas, trata de que una y otra hora hablen al mismo tiempo, como si establecieran un diálogo y dislócalas. Hazlo, eso sí, lógicamente, en razón a algún sentido que sólo tú conozcas; porque aunque, al final, eso se encuentre en alguna parte de la historia… siempre vas a sacar algo en claro de todo ello… y que tú eres el disponedor último de tu tiempo. Cuando decides que estás preparado para asumirlo.»

Y efectivamente –dijo Diotima. Hay quien concibe en el alma aún más de lo que a los cuerpos corresponde concebir y dar a luz: juicio prudente y cualquier otra virtud […] Pero la más importante y la más hermosa forma se producirá en el ordenamiento de lo concerniente a las ciudades y comunidades… que recibe el nombre de mesura y justicia. Y ante ese ser halla al punto abundancia de razones sobre la virtud y sobre cómo debe ser el hombre bueno y en lo que debe ocuparse, e intentará educarlo. En efecto, al estar en contacto, creo yo, con lo bello y tener trato con ello, procrea lo que desde antaño llevaba en su seno, teniéndolo en su memoria tanto cuando está junto a él como cuando está lejos, y en común con él contribuye a crear lo que han concebido, de modo que una comunidad mucho mayor que la de los hijos mantienen unos con otros tales seres y una amistad más firme, ya que han tenido en común hijos más bellos y más inmortales.

9h50min. He alcanzado un núcleo habitado. Pero también por un pequeño perro agresivo.

9h53min. Los aerogeneradores más cerca. Es como si sus aspas me transmitieran un aviso… Hay una disyuntiva, hay que elegir la izquierda; parece que por ahí se continúa en descenso pero en seguida la trocha persevera a media ladera.

[UGU]

https://elespiritudelchemin.wordpress.com/2017/08/21/el-ensayo/

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. »El conocerse es en el Espíritu la existencia»

    H. W. F. Hegel

    Para quien conoce y recorre este camino… resultará relativamente sencillo situarse pero aún así va a chocarse con algunas extrañezas. Y en la segunda lectura, como es lógico, uno querría recorrer la acción de un modo lineal, consecutivo, aunque así se pierda el orden de la casualidad. Ésta que continúa es esa segunda lectura:

    El aliento de Natashia / La salida del albergue de Peñaseíta / El mágico bosque en el ascenso al Puerto de El Palo / Signos en devenir / En el Alto de El Palo la aparición de un viajero / De paso por Montefurado y de camino a Lago / Las confesiones de Robert Walser / Tras la comida, el viajero y el peregrino, se ponen en marcha / La llegada a Berducedo / La peregrina eslovaca / La estrategia del tejo / La llegada al albergue de La Mesa / El trágico accidente / Julien Green / El corazón de Dios / Creer y sentir / Las compañeras de camino / El congreso del Finnegans Wake / El discurso del placer / La pureza de la espiritualidad / El acelerador de personas / La llegada a Grandas de Salime / Los fundamentalismos cristianos / El albergue en Grandas de Salime / ¿Un milagro? / De Malévich y Baumgarten / La caja metafísica / La ayuda necesaria / Del complejo boceto / El beso de Natashia / El asesinato de la peregrina Denise Thiem / La salida de Grandas de Salime / El encuentro con C. S. Lewis, como Clive / Conociendo el amor / La fuerza del eros / La felicidad de la philia / La construcción de la amistad / El conocimiento intelectual de la caridad / La conversión de C. S. Lewis al cristianismo / El sentido del sufrimiento / La comida en A Fonsagrada / De la experiencia en la caja metafísica / Las explicaciones de Ne-Je / La molécula de la fe / El discurso del psicoanálisis según Alfredo Eidelsztein / El discurso del saber según Arturo Frydman / Los destinos celulares y el lenguaje del inconsciente /

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    Créditos de este ensayo dramatizado, Libro Tercero [o Primero] de CAHIER ÂME. Todos los que se aportan a través de estos comentarios.

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