Mariusz Kubik, CC BY 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by/3.0, via Wikimedia Commons
«…cuando los personajes dejan de ser criaturas vivientes para convertirse en portavoces del autor o en símbolos de esto o de lo otro, la antigua ‘suspensión de la incredulidad’ en la que se basa la ficción queda cancelada: con las ideas y con las opiniones puede uno estar de acuerdo; a los personajes tiene que creérselos.»
«Lo único que un novelista tiene que sea verdaderamente suyo son las ficciones que inventa. Sus opiniones también son de otros.»
*Fuente: BABELIA