La Ermita de la Celada, el proceso de la cristianización y la mención a los herejes: Prisciliano de Ávila y Arrio


Prisciliano en la televisión

.

Ayer al regresar del diluvio había recibido un correo y esa lectura me entristecía profundamente pero minutos más adelante, en parte, sentía arder en ella la indignación que te generan las injusticias, así que como eso era una energía que se había movilizado, me decidí, después de más de un año, a marcar el teléfono del ayuntamiento de Illas […]  que me confirmó el triunfo del PP en su concejo. Algo que él me reconoció que resultaba por completo incoherente, o en parte, con lo que él defiende, que la gente no es tonta y sabe lo que vota […] Y también alegre por haber conocido, gracias a la noticia, a Jacinto Convit, uno de esos hombres cuya labor si merece, como alguien me dijo en una ocasión, ser reconocida por un gran premio, que fue el médico que inventó la vacuna contra la lepra y la leishmaniasis, y a pesar de que se había muerto pero centenario, que eso no creo que nos deba dar ninguna pena.

.

ERMITA DE LA CELADA Y CAMINO DE SAN SALVADOR

.

Y ahora tengo un problema, me queda poco tiempo para decidir si hoy termino de contar lo de la <<Virgen de las Nieves>>, que es la talla románica de madera policromada que se venera en la ermita de la Celada, como patrona de La Robla y hablar de su leyenda… o explicar, mismamente, que hay esa versión de moros y cristianos pero que también hay una explicación para el término celada, que es que aquel que hoy conocemos destruido, en tiempos de las peregrinaciones medievales por este Camino era un frondoso arbolado, que celaba (impedía) la visión… y seguir andando, cuando a las 9h33min. estoy cruzando un puente azul grisáceo, al que uno se encarama por escaleras metálicas, que es lo que nos permitirá salvar las vías del tren, y así es como alcanzamos el punto en el que con Constantino la iglesia comienza a acumular poder y a gozar de lo que hoy llamaríamos privilegios fiscales. En un proceso de cristianización donde la oligarquía hispano-romana asume los altos cargos eclesiásticos, y donde tanto decuriones como senadores, pasan a ser obispos. Pero aquí se concentran los primeros términos a explicar. Hay una situación en Hispania de la que todavía no hemos hablado, y que es la de su <<ruralización generalizada>>. Y esto ha sucedido porque la <<urbe>>, con su cosmopolitismo, ha entrado en un declive, en el Bajo Imperio romano, por esas confrontaciones y revueltas sociales que impedían hasta el comercio… y los poderosos han encontrado en el campo la solución a su problema. Donde en grandes villas, y rodeados de un ejercito personal, se vuelven autarquicos e imponen la agricultura de latifundio. Así que el que busca protección… en ellos la encuentra pero porque se somete. Así que <<oligarquía>> quiere decir, quiere decir que el poder supremo se concentra en manos de muy pocas personas. Y esta <<oligarquía>> supone una degeneración de la <<aristocracia>>, que consistía en el gobierno de los mejores. Pero por qué razón. Porque los mejores no se convertían en los más válidos porque la sucesión se perpetuase por transferencia sanguínea o mítica, sino porque con sus vidas lo habían demostrado, y de entre todos, ellos habían sido los elegidos por <<vox populi>>, aunque esta, para mí, sólo es una explicación que voy a situar entre comillas fenomenológicas pero que sí que cuestiona la legitimidad de una oligarquía y, por tanto, en ese sentido me convence. Y luego, saber que los decuriones, en su origen, eran los jefes de diez soldados, porque <<curia>> es una subdivisión del pueblo, que se identifica con la <<tribu>>, un concepto territorial como el de la <<demos>>; y la <<curia>> por extensión también es el lugar donde la tribu dirime sus asuntos. Pero, con el paso del tiempo, los decuriones, se convirtieron en los individuos que recaudaban los impuestos, los que custodiaban el orden, los que representaban a la localidad, y el brazo del poder ejecutivo; es decir, lo que hoy reconocemos como ediles y concejales. Pero cuando Roma fusiona iglesia y estado el decurión y el senador pasan a ser <<obispos>>. Y en este ambiente es en el que nacen y crecen tanto Arrio, con el que debemos entrar en contacto, porque es quien inspira el cristianismo de los godos, como Prisciliano, nuestro principal hereje y, posiblemente, nuestro decapitado en Santiago […]

*(en los comentarios, algunas conferencias de interés)

.

.

.

[los anuncios que se vean a partir de estas líneas serán una penalización que me impone el sistema por no pagar para que se me retiren]

7 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Ramón Chao*. Prisciliano ou Santiago?

    Me gusta

    1. El libro de Ramón Chao, entre el cuaderno de viaje y el ensayo de investigación documental, la indagación o interview acerca del «personaje» y la narración new age o semifantástica, constituye un inteligente proceso de acercamiento a la evidencia de una tradición centenaria, el iter jacobi, tan decisiva en el despertar cultural de la Europa barbarizada.

      En el marco de un relato casi detectivesco, que apela a la complicidad del lector, el escritor ha ido reconstruyendo la historia de un personaje enigmático, Prisciliano, con el que se topa el viajero al comienzo de su peregrinación a Compostela. Así pues, el relato arranca al mismo tiempo que la vespa de un maduro personaje, nuevo andante de las florestas, moderno amadís, esplandián o quijote, rumbo a la Finis Terrae. Él será también el narrador principal del cuaderno de viaje, y su protagonista primero. Pero no vaya a creer el lector -éste es el quiebro característico de la literatura posmoderna- que el motorista se desplaza a Santiago por el placer de alcanzar una sabiduría superior o de introducirse en un camino iniciático. No; el protagonista viaja a su aldea natal para sacar el permiso de conducir motos que no pudo obtener en Francia. Pero al final del viaje será convertido por el florentino Girolamo, otro de los viandantes del camino, que sí recorre la antigua Vía Lactea impregnado de fe en el magnetismo de esta senda. Se demuestra así el intento de Chao de llegar a una estructura formalizada a pesar de la libertad con que se hace frente a la narración. El libro se cierra en círculo, tal vez para eternizar la historia, hasta enlazar el fin con el principio, de Girólamo a los acadienses o la monja Natalinda, y, por supuesto, Prisciliano. Tal vez sea éste uno de los mejores aciertos del libro, la estructura, que organiza de manera definida la libertad del relato, casi a modo de bagatela o improvisación musical.

      A lo largo de estas páginas, el devenir por la geografía y la historia, la improvisación de los itinerarios, de los vericuetos, de las asociaciones tanto de personajes como escenarios, es guiado no sólo por la necesidad del desplazamiento físico sino por el imperativo de la evocación. Así el libro se va haciendo al compás del itinerario, y el itinerario -tanto físico como mental- no lleva un orden preconcebido. Aspira Chao a la espontaneidad de la asociación libre, del divagar, del fluir, del enimismamiento. Se trata de referir un viaje al compás de lo que aparezca en la mente, al hilo de los sucesos. De ahí que la machacona presencia de Prisciliano, afectadamente casual, resalte sobre este fondo vago e indeterminado como presencia mágica o sobrenatural.

      La narración de Chao abarca la biografía Prisciliano desde su infancia hasta su conversión al cristianismo, su elevación al episcopado de Avila, y finalmente su condena y muerte, a manos de la autoridad imperial. Teniendo en cuenta que son muy pocos y contradictorios los datos que se manejan acerca de este personaje puede suponerse la dificultad que ha debido salvar el autor para confeccionar la historia. Para empezar, y como es sabido, ni siquiera se tiene seguridad de que Prisciliano fuese oriundo de la Callaecia. Por otra parte, la doctrina priscilianista se extrae de textos que aún no han sido probados como suyos. Resulta indudable, sin embargo, el influjo de este movimiento en la cristiandad hispana hasta el siglo V, y la notoriedad de su caso, dado que fue el mismo Prisciliano quien apeló a la autoridad del emperador para ser […]

      http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero12/priscili.html

      Me gusta

  2. Anselmo López Carreira: «Prisciliano, contexto histórico»

    Me gusta

  3. De hecho, la Iglesia no ha permitido el estudio científico de esos restos que se conservan bajo el magnífico templo románico compostelano, huesos cuya autenticidad ha sido puesta en duda por numerosas voces autorizadas, entre ellas la del ilustre historiador abulense Claudio Sánchez Albornoz, en absoluto sospechoso de beligerante con el cristianismo, el cual dejó escrito que «pese a todos los esfuerzos de la erudición de ayer y de hoy, no es posible, sin embargo, alegar en favor de la presencia de Santiago en España y de su traslado a ella una sola noticia remota, clara y autorizada. Un silencio de más de seis siglos rodea la conjetural e inverosímil llegada del apóstol a Occidente, y de uno a ocho siglos la no menos conjetural e inverosímil traslatio. Sólo en el siglo VI surgió entre la cristiandad occidental la leyenda de la predicación de Santiago en España; pero ella no llegó a la Península hasta fines del siglo VII».

    http://www.diariodeavila.es/noticia.cfm/Local/20100815/prisciliano/compostela/72871D27-F0C0-6E27-998841630F949B6E?navrss

    Me gusta

Replica a la ananda de Ariadna Cancelar la respuesta