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Para conocer tanto las estelas como la cruz funeraria de Espinal, se recomienda la lectura del trabajo, en Dialnet, que Ramón María de Urrutia redacta en Donostia en 1973, y que incluye tanto dibujos como fotografías. Donde nos comparte que a través de sus correrías se detuvo varias veces en Espinal, en la casa de sus amigos los Irisarri de Beltrarena, que son los que le hablaron del asunto. Las estelas estaban en el cementerio en torno a la vieja iglesia y, al ser derribada, fueron a parar a un montón de escombro, con una excepción. Dando lugar este hecho al desenterramiento de las estelas, gracias a la colaboración de algunos vecinos que se pusieron manos a la obra. Ejemplo, Espinal de recuperación y conservación de su patrimonio.