.
[30] Parque del Muelle, <<Botellón>>, Galiana, retraimiento, costumbres alcohólicas, el organismo, la intolerancia alcohólica, perturbación de las facultades mentales, hijo mayor, la <<camello>>, arcanos, <<juego esotérico>>, diferentes edades de iniciación al consumo cannábico, consumo terapéutico, la liberación de la locura, trastorno esquizo-afectivo, neurotípico, derivar, deriva, <<ser devota de una sustancia>>, cocaína, <<así que la madre le enseñó a beber ella misma, para que aprendiera a beber como una persona>>, delito, revolución ciudadana, <<la comunidad como hermana de los niños>>, los roles, el rol de hermana mayor, Luis Muiño, psicoterapeuta, Woody Allen, Scoop, <<Tengo un instinto en el estomago que es el que sueñan todos los periodistas>>, <<límites>>, César Nombela, la flora bacteriana, <<Amor, lo que un revolucionario siente es amor, por la humanidad, por la justicia, por la verdad>>, Donibane, albergue, Ría de Pasaia, Che, Ernesto Guevara, Diarios de la motocicleta (2004), Walter Salles, Lhasa de Sela, Arthur H.
.
.
Sólo es la lectura de los nuevos cuadernos que he comenzado a escribir. Pero está creciendo, y es un comienzo, y de momento los editaré, aunque son ”un regalo” para vuestros ayuntamientos…
..
CIENCIA › DIALOGO CON RICARDO PAUTASSI, INVESTIGADOR DEL CONICET, PROFESOR EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA
La neuroquímica de las adicciones
El cerebro tiene sus trucos para asegurar la supervivencia y recompensarnos con dosis de placer la búsqueda de comida y sexo. ¿Cómo irrumpen las drogas en esos procesos químicos? Aquí va un diálogo sobre la abstinencia, la adolescencia y las adicciones.
Por Leonardo Moledo
–Usted es licenciado en psicología, doctor en ciencias biológicas y, además de profesor, trabaja en el Instituto de Investigaciones Médicas Mercedes y Martín Ferreyra (Inimec).
–Así es.
–Bueno, cuénteme en qué trabaja.
–En todo lo que tiene que ver con modelos animales de adolescencia, con ratas y roedores, y específicamente con los efectos del alcohol.
–¿Puede haber ratas alcohólicas?
–No, en general no. El alcoholismo tal cual existe en los humanos es una patología que sólo existe en los humanos. Cuando se empezaron a hacer los primeros modelos con ratas, lo que se buscaba era hacer que las ratas actuaran exactamente igual que los humanos, que buscaran alcohol voluntariamente. Pero ésos fueron modelos que no servían: no se podía replicar exactamente la patología.
–Con respecto a las adicciones, hay dos aspectos. Está el aspecto químico y el psicológico, ¿no?
–Esta discusión sobre la dependencia física y psíquica estaba muy presente en los ’90. La distinción entre la adicción psicológica y química se ha borrado. En este campo puntual, la dualidad químico-psicológica se ha superado.
–Yo entiendo que lo psicológico tiene bases bioquímicas. Pero lo que le pregunto es si el proceso de adicción está generado por bases bioquímicas asociadas a lo psicológico o por bases bioquímicas que no tienen nada que ver con lo psicológico.
–En mi investigación me es muy difícil diferenciarlas. Porque yo sé que puedo bloquear la cadena bioquímica de adicción con un fármaco.
–Pero si la adicción es puramente química…
–Es que no existe una adicción puramente química. Esa era la idea que estaba detrás de las granjas prisiones para adictos. Se suponía que después de cuarenta días de encierro y de pasada la abstinencia, la adicción estaba superada. Pero esa idea cae cuando se verifica que hay elementos psicológicos que vuelven a activar en quienes estuvieron encerrados el deseo de consumir.
–¿Cómo es el proceso de la adicción?
–Lo que las teorías indican es que las drogas actúan como actúan otros reforzadores naturales, como la comida y el sexo. Actúan sobre los mismos correlatos biológicos, áreas de recompensa del cerebro que han sido preparadas por la evolución a lo largo de millones y millones de años para que cuando hagamos estas actividades sintamos placer y, por eso, busquemos este tipo de actividades. La idea general de las teorías de las adicciones es que las drogas “secuestran” estos centros biológicos sin tener mecanismos de freno. La saciedad después de comer, por ejemplo, funciona como un mecanismo de freno. En el caso de las drogas no sólo no hay mecanismos de freno sino que, por ejemplo, cuando se deja de consumir y se vuelve a consumir hay fenómenos como el desarrollo de mayor sensibilidad que llevan a un mayor consumo. Y una vez que se corta el consumo aparece la abstinencia.
–Bueno, pero hay drogas que producen abstinencia y otras que no. ¿Y qué quiere decir que “secuestran” el centro de placer?
–Es una metáfora. El cerebro no fue creado para un mundo donde se utilizaran drogas de abuso; sino para solucionar problemas como búsqueda de alimentos, de pareja, etc. Por lo tanto, lo que hace la sustancia es ocupar un funcionamiento que está preparado en realidad para reforzadores naturales como sexo, comida y agua. Respecto de eso de que hay algunas drogas que producen abstinencia y otras que no, tendría que decirle que todas las drogas (y no hablo de las ilegales, sino de todas) actúan grosso modo de la misma manera. Las diferencias son más cuantitativas que cualitativas en la manera en que alcohol, tabaco, nicotina, marihuana y heroína actúan.
–¿Cómo es la cosa a nivel micro?
–Lo que hacen todas las drogas (las legales, las ilegales y las terapéuticas) se debe a la interacción con proteínas específicas (neurotransmisores). En general, las drogas lo que hacen es interferir sobre los mecanismos de transmisión sináptica. Las neuronas se comunican internamente vía eléctrica y cuando tienen que comunicarse entre una y otra lo hacen a través de un mensajero químico. Le pongo el ejemplo de la cocaína. Hay unas vías nerviosas específicas, la dopaminérgicas, que se sabe que están muy implicadas en situaciones de placer. Cuando se disparan esas neuronas y liberan dopamina al espacio sináptico hay otras proteínas que recapturan la dopamina y la devuelven a las células. La cocaína impide que actúen estas proteínas que recapturan la dopamina, por lo cual hay un sistema de liberación de dopamina que no tiene control. Las anfetaminas, por su parte, no sólo impiden la recapturación de la dopamina sino que aumentan su liberación.
–¿Y la abstinencia o la saciedad cómo son molecularmente?
–Veamos la abstinencia. Cuando hay una presencia continua de la droga, lo que hace el sistema nervioso central es tratar de compensar para tratar de mantenerse él mismo en estado inicial, de equilibrio. Si lo que hace la cocaína es activar mucho estas neuronas dopaminérgicas, va a haber lo que se denomina una “regulación para abajo”; es decir, va a haber menos receptores dopaminérgicos, para tratar de que por más que haya mucha dopamina en el medio, no tenga tanto efecto. El tema es que cuando uno saca la droga se encuentra con un sistema nervioso anormal, que está preparado para funcionar en presencia de la droga. Tengo pocos receptores cuando, en verdad, debería tener más. En general, lo que se ve es que los mecanismos normales de regulación (de fluidos, de agua, etc.) son mucho más precisos, mucho más fáciles.
–¿Y por qué los animales no son alcohólicos?
–Eso tiene que ver con que los modelos que utilizamos nosotros no son homólogos a los humanos sino análogos. Lo que estamos buscando es reconstruir pequeñas partes del fenómeno que se da en humanos a partir de la rata (porque es más simple, porque tenemos mayores posibilidades de sacar datos más rápidos, porque podemos evaluar el patrón genético, podemos hacer en dos o tres meses estudios que en humanos llevarían 40 años). Pero lo malo es que estamos analizando elementos parciales del fenómeno. Respecto de por qué no desarrollan adicción, creo que sería una excelente pregunta para un proyecto. Yo no me animaría a darle la respuesta. Hay que hacer una aclaración: no desarrollan adicción naturalmente. Uno puede, y de hecho se hace, generar en los animales ciertas adicciones, pero luego de procedimientos experimentales.
–¿Y qué es lo que usted está buscando averiguar?
–Hay toda una tendencia actual que intenta ver si la adolescencia como fenómeno del desarrollo muestra diferentes reacciones a las drogas, y si este patrón de comportamiento particular de los adolescentes los pondría en riesgo de incurrir más rápido en un consumo exacerbado, regular, con más posibilidades de caer en abuso y dependencia. En humanos y en animales, la misma dosis de alcohol en adolescentes y en adultos hace que en el adulto el efecto sedativo suceda mucho más rápido o a dosis más bajas. Los adolescentes son más resistentes. Obviamente, al ser más resistentes, pueden consumir por un período más largo. Esa diferencia ontogenética expone a una población al riesgo de seguir consumiendo. Ese tipo de fenómenos nosotros los estudiamos en el laboratorio y vemos si efectivamente esas diferencias en la respuesta se asocian con una mayor predisposición al consumo en los adolescentes.
–¿Y qué es lo que haría que los adolescentes consuman más?
–Hay varias teorías. Una de ellas hace hincapié en que el cerebro está todavía en proceso de desarrollo. La corteza prefrontal del cerebro, que está involucrada en procesos de regulación, planeamiento y ejecución de la acción todavía está desarrollándose. Y cuando a un individuo adolescente se le da alcohol, ese tipo de funciones se afecta más que en adultos. El alcohol, entonces, estaría interfiriendo en procesos de desarrollos típicos de la edad.
–¿Trabajan siempre con ratas?
–En mi caso, sí. Le doy un ejemplo de cómo trabajamos en ratas con este último tema. Una de las cosas que genera el alcohol es la relajación. Nosotros evaluamos que hay diferencia entre adolescentes y adultos en este aspecto. A los animales les damos alcohol siempre en una cajita con una característica determinada. Otro día le damos una droga inocua en otra cajita. Hacemos eso varias veces. El último día lo ponemos en un laberinto para que pueda elegir a qué sector quiere ir. En general se encuentra que los ratones buscan activamente el lugar en donde está la droga. Esa es una de las formas de evaluar el poder reforzante de las drogas. Nosotros hicimos esto con ratas adolescentes y adultas, y quedó demostrado que las adultas no mostraban ningún tipo de preferencia, mientras que las adolescentes sí. Ahí hay una diferencia de reacción al alcohol entre edades.
–Una de las teorías, entonces, es que el cerebro está en etapa de desarrollo. ¿Qué otras hay?
–Están interconectadas, en general. Una es la que usted dice; hay otra que tiene que ver con la mayor resistencia de los adolescentes y la posibilidad de consumir con mayor placer que los adultos. Eso generaría un patrón de riesgo. La consecuencia sanitaria de todo esto es apoyar la idea de que hay que tratar de restringir la edad de inicio de los adolescentes, porque eso podría disminuir las posibilidades de abuso y dependencia posteriores.
–¿Y las benzodiazepinas como el clonazepam, diazepam, etc.?
–Uno esperaría que muchas de estas cosas funcionen igual para las benzodiazepinas que para el alcohol, porque comparten mecanismos de acción.
–¿Y la nicotina?
–Si uno hace el cociente entra la gente que la prueba y la gente que se hace dependiente, uno la puede catalogar como la droga más peligrosa que hay.
Me gustaMe gusta
Botellón es un término que describe la costumbre extendida en España desde finales del siglo XX, sobre todo entre los jóvenes, de consumir grandes cantidades de bebidas alcohólicas en la vía pública. En Cantabria y el País Vasco, a esta práctica se le conoce como hacer litros, ir de litros o litrar y en la Región de Murcia, se le conoce antiguamente como «botelleo». En Sevilla el término más empleado es «hacer lote», aunque se utiliza botellón como termino general.
El fenómeno ha sido estudiado por los sociólogos, que lo definen como:
Reunión masiva de jóvenes de entre 14 y 24 años fundamentalmente, para consumir grandes cantidades de bebida alcohólica que han adquirido previamente en comercios, escuchar música, y hablar.
Costumbres
Esta actividad se realiza, entre otros, en lugares públicos como parques o zonas abiertas de la vía pública,Generalmente esta practica suele discurrir como verdaderas concentraciones de coches tuning donde los jóvenes disfrutan de sus maquinas mientras están con los amigos. En algunas ciudades, donde el botellón se ha centralizado en algún punto en concreto, se llegan a reunir miles de personas cada fin de semana, pasando estos lugares a ser comúnmente llamados botellódromos por los medios de comunicación. En otras, caso de Madrid, la persecución, ha llevado a realizar botellones en el metro, lo que lo convierte en botellones itinerantes.
Para abaratar el coste de la bebida se consume el alcohol en botellas y tetra brik de aproximadamente un litro de capacidad, con hielo y vasos de plástico antes de dirigirse a pubs, discotecas, o conciertos, donde el precio de las bebidas suele ser considerablemente más caro. Muchos jóvenes optan por la práctica del botellón para evitar el consumo del llamado garrafón, o alcohol adulterado. Se practica principalmente en España, sin apenas distinción alguna por regiones, aunque, dado que es una actividad realizada al aire libre, las condiciones meteorológicas son cruciales para la misma. También existe la tendencia entre los abstemios a acudir a estos lugares por la concentración de gente y con el fin de consumir refrescos, zumos y otras bebidas no alcohólicas en lo que ellos mismos han venido a denominar botellón light o botellón sin.
En el norte del país existe una práctica que consiste en mezclar bebidas en botellas vacías de refrescos y de agua, obteniendo sobre todo calimocho, también conocido como kalimotxo. En este caso no se utilizarían vasos ni hielo, ya que cada persona tendría su propia botella, generalmente de dos litros de capacidad, con la mezcla hecha, de la cual bebería directamente. Esta costumbre es conocida como hacer litros, litrar, echar los litros
La polémica
Su masificación dio lugar a cientos de críticas hacia el fenómeno del botellón por parte de las autoridades y, principalmente de los padres y madres de los implicados más jóvenes y los vecinos, por el ruido producido hasta altas horas de la madrugada y la suciedad generada. Así mismo, la pérdida de control inducida por la intoxicación etílica y el contexto masivo llevaban asociados con frecuencia actos de vandalismo, rotura de mobiliario urbano y peleas, además de frecuentes restos de micciones en espacion públicos. Por otra parte, este acto contribuye a adelantar la edad de inicio de consumo de alcohol y de las primeras borracheras entre los jóvenes.
«Ley antibotellón»
Debido a los problemas sociales que generaba este tipo de actividades, el Ministro del Interior de España (de quién dependía entonces el Plan Nacional sobre Drogas) propuso en febrero de 2002 la conocida como ley antibotellón, que prohibía el consumo en la calle, regulaba horarios de venta y promoción del alcohol. Ante las resistencias y críticas planteadas, esta ley no se aprobó, y tras la siguiente remodelación ministerial el gobierno socialista abandonó discretamente el proyecto. Sin embargo, diversas Comunidades Autónomas aprobaron por entonces regulaciones que iban en la misma dirección, especialmente en lo referido a limitar los horarios de venta de bebidas alcohólicas en comercios y el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, como medida principal, con multas de 300 euros en Madrid, la Comunidad de Madrid, Castilla y León, Canarias, Comunidad Valenciana y el País Vasco.
Desde una filosofía distinta (sintetizada en el lema ‘que beban y se emborrachen pero que no molesten’) otras Comunidades Autónomas han puesto en marcha estrategias centradas en limitar las molestias a los vecinos en vez de en reducir el consumo. Así, en el caso de Extremadura se aprobó una ‘Ley de Convivencia y Ocio» (2003), que no persigue el botellón sino que regula dónde puede y dónde no puede hacerse para evitar conflictos, aunque persigue duramente la venta de alcohol a menores o su consumo y se acompaña además de un programa de construcción de Espacios de Creación Joven como una alternativa de ocio nocturno no basado en el consumo desmesurado de alcohol, sin embargo dichos centros no se han construido o han tenido poco éxito y el control para que los menores de edad no consuman alcohol no es operativo. Este mismo modelo ha sido seguido por otros gobiernos locales o autonómicos como la ciudad de Salamanca o Andalucía, donde la Ley 7/2006, de 24 de octubre, sobre potestades administrativas en materia de determinadas actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios (conocida como ley Antibotellón) otorga facultades a los ayuntamientos para el control y la penalización del fenómeno, y autoriza la creación de espacios específicos, conocidos como botellódromos, siendo Córdoba la primera ciudad en instalarlo, a mediados de 2005. En estas zonas se pretende evitar molestias a los vecinos, compatibilizando presuntamente el consumo masivo de alcohol con el descanso. Estas zonas ofrecen elementos de higiene y seguridad no presentes en plazas y parques como urinarios públicos, suficientes contenedores de basura, o vigilancia con respecto a quién compra alcohol (a fin de evitar que los menores tengan acceso al mismo). Sin embargo, en muchas ocasiones, su uso en la práctica es escaso, por encontrarse estos botellódromos en las afueras de la localidad, con mal acceso a pie.
Comunidad Valenciana es la mas estricta que prohíbe el consumo de cualquier tipo de bebida (incluyendo las no alcohólicas) en las calles a menos que sea en terrazas o lugares habilitados para dicha función pudiendo sancionar con multas de hasta 300 euros
La competición de Macrobotellones de marzo de 2006
En la primavera de 2006, se dio el fenómeno conocido como macrobotellón, revelado por los medios que el 17 de marzo, en el que se citaron un récord de 5.000 personas en la Avda. de Maria Cristina de Sevilla para la «Fiesta de la Primavera» que se habían convocado a través de Internet.
A través del correo electrónico se rivalizó para batir el récord de afluencia o de duración, convocándose espontáneamente en 20 capitales de provicia españolas como Madrid, Jaén, Barcelona, Teruel, Oviedo, Murcia, Vitoria, Málaga, Huelva, Córdoba y Granada, la mayoría de ellos el 17 de marzo.2
Los dispositivos policiales contra el botellón en ciudades como Salamanca o Barcelona provocaron conflictos entre jóvenes y los agentes de los cuerpos de seguridad. En Barcelona hubo 80 heridos y 54 detenidos,3 algunos condenados posteriormente por los tribunales por vandalismo y agresiones.4 Esto contrasta con Granada, con un botellón autorizado y acondicionado por el ayuntamiento: unos 30.000 jóvenes, según la hora y las fuentes, se dieron cita para el botellón entre el mediodía y la madrugada del mismo día a pesar de la lluvia, y sin incidentes reseñables.
Durante la festividad local de Madrid se produjeron disturbios callejeros en la zona de copas de Malasaña a causa de la negativa a marcharse de algunos grupos de jóvenes reunidos para realizar el botellón en la plaza del 2 de mayo.5 Según los críticos, la actuación policial fue realizada en contra de la ley ya que no existe regulación en caso de fiestas patronales o regionales como fue el caso. 6
Las Barriladas Universitarias
Una variante del botellón que se da en las ciudades universitarias son «las Barriladas», en la Región de Murcia son conocidas como «paellas», porque suele hacerse una paella gigante de la que comen los asistentes, y aunque no haya paella siguen llamandose así. En Castilla La Mancha son conocidas como «Cervezadas», son botellones multitudinarios convocados por Internet y cuya celebración es siempre de día. Suelen contar con un motivo de celebración, que normalmente va asociado a una facultad: barrilada de Farmacia, barrilada de Derecho, paellas de teleco, Santa Tecla Informatica … Suelen darse los jueves, exceptuando la del último viernes del invierno, en el que se celebra la «fiesta de la primavera». Se trata de una barrilada a mayor escala, celebrada desde la mañana, en la que han llegado a reunirse hasta 70.000 jóvenes Hasta hace pocos años, la conocida como «Fiesta de la Primavera» era organizada por la propia Universidad y el Ayuntamiento de Sevilla, pero decidieron dejar de hacerlo porque la afluencia era excesiva, y parecía difícil controlar la concentración. Así comenzaron los jóvenes a organizarla por su cuenta, mediante el uso de las nuevas tecnologías, y ahora la afluencia es mucho mayor.
En Zaragoza eran famosos los botellones en la Ciudad Universitaria hasta su prohibición. Hoy en día son famosas las congregaciones de alumnos y jóvenes junto al campus politécnico en Navidad festejando la «champanada», anteriormente realizada en el interior del campus hasta su prohibición por el rectorado.
El fenómeno en otros países
Europa
América
Asia
*fuente: WIKIPEDIA
Me gustaMe gusta
Me gustaMe gusta