128. LIFE LENGHT: Biotecnología, ética y »epifísica» orteguiana [para saber uno su edad biológica y para saber otros de qué calibre es el liderazgo científico]


Niña en el Cerro Tedeón

 

<<Todos los laboratorios son parecidos. La diferencia real es que yo sabía que estaba trabajando un tema nuevo: la telomerasa. Sabía que cualquier cosa que se hiciera tendría un gran impacto y todos allí «olíamos» que se cocía algo muy importante, que derivó en Premio Nobel […] Ocurría igual con Barbacid, y en todos los centros de investigación de élite del mundo: el director es un científico en activo, por eso yo continúo como jefa de grupo en mi trabajo […] Sí, la intuición es fundamental. A veces le digo a un colega: «Se me acaba de ocurrir algo», y esas intuiciones terminan funcionando. Es importante rodearte de científicos, ir a congresos […]  La telomerasa es una enzima que ayuda a mantener los telómeros, que podríamos decir que son unos protectores de nuestro material genético. Sin ellos, las células no vivirían. Nacemos con una cantidad determinada que, al ir erosionándose con los años, se convierten en una de las causas del envejecimiento. Cuando una de nuestras células se convierte en tumoral, activa telomerasa que hace rejuvenecer los telómeros y forma un tumor>> M. BLASCO [La Razón]

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Esta lectura -la que yo excepcionalmente, hoy, transcribo íntegra- puedes escucharla mientras caminas conmigo  hacia la frontera española en  Navarra por el camino francés

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4h37min. Imagínate que es domingo, y ellos han salido al campo, él a retratarla, porque la ama profundamente y ella que permanece, en la misma condición, a su lado, que es la de la nobleza de su sentimiento. Pero de pronto, un coche de aquellos primeros del siglo pasado, se detiene a su lado y un hombre –que es el criado- se baja, y le dice a él que los ocupantes del coche -que son cuatro- quieren tener unas palabras con él, que ella se agita, y le pide que no vaya pero lo que ha de suceder es inevitable, que es que a él lo aferran entre dos y lo amordazan y lo atan a un árbol, y luego los tres más jóvenes -señoritos, que les dirían-, uno tras otro la violan a ella, y esto él tiene que contemplarlo, mientras el padre -de los jodientes- se satisface desde el asiento del coche, observando el espectáculo. Entonces, todo acaba -parece que sí, la agonía de ella y la violencia, que en mí se traduce en congoja, y que es cuando el criado le pregunta al amo -que es el cacique del pueblo-, <<¿Y yo amo? ¿voy a ser diferente a ellos y no puedo disfrutarlo?>>. Entonces, atiende a la respuesta: <<Imbécil, esto no lo hacemos por placer. Esto que hicimos era política>>. Y en el feudalismo, igualmente, existía el <<derecho de pernada>>. Que consistía, en la vigencia que tuvo durante la Edad Media, en Europa occidental -aunque haya paralelismos con otras partes del mundo-, el hecho de que el señor, disfrutara de la primera noche que habría de pasar el siervo que se casara con una doncella, y que era un componente del modo de producción feudal, y que más ampliamente se refiere, en una segunda acepción, al abuso de autoridad. Entonces, ¿quién abusa de la autoridad? No siempre quien se encuentra en disposición de hacerlo. Pero a veces te preguntas con las personas, como yo voy a preguntármelo desde hace tiempo, no sólo ya porque el idioma oficial del CNIO sea el inglés, sino porque primero me alegraré del nuevo nombramiento y, después, al cabo de pocos meses, leeré la primera de las declaraciones perturbadoras, que es que a Blasco le gustaría ver a José Tomás torear pero no quedan entradas, aunque eso ya es lo de menos, porque lo que significa eso, es que a Blasco no le importa el sufrimiento de la vida, que es en lo que al final, yo tuve que mostrarme de acuerdo con Jesús Mosterín, que nosotros no somos los que debemos tutelar la vida de los animales, nosotros somos los que debemos respetarla. Y de acuerdo, con que la existencia de modelos animales sea racionalmente aceptable, porque yo quiero que los niños se curen y no podemos curarlos sin conocimiento y experimentación. Principalmente, tengo que contemplarlo así, si quiero poder encajarlo, a través de la ternura y el instinto maternal de protección. Pero creo que muchas personas que se llaman científicas son sencillamente bárbaras. Y que exista una fiesta nacional, o múltiples fiestas populares, en las que la tortura sea la base del placer y la alegría me resulta inaceptable. Así que no no había nada que admirar, no realmente, en Blasco, a partir de esa declaración y, a posteriori, surgió el asunto <<Life Length>>, la empresa de biotecnología de la que Blasco es socio co-fundador con la Fundación Marcelino Botín y la firma de finanzas corporativas y consultoría estratégica Matlin Associates, que es la empresa encargada de explotar comercialmente la tecnología de análisis telomérico, bajo licencia cedida por CNIO, en el momento en que Blasco ha pasado a dirigirlo en relevo de Barbacid.

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Y ahora, resulta, que un centro de rendimiento óptimo, que es aquel del que se mostraba tan orgulloso Barbacid ante M. G. Solomone y las cámaras de la 2 de televisión española, tanto en la versión de Victor Maojo, que me inspira confianza, porque compartimos criterio en alguna sentida ocasión, como del colectivo Mandracos, un grupo de profesionales liberales preocupados por el futuro de la sanidad, como se auto-declaran, es deficitario e incluso peligra en un futuro. Y cómo de inaudito, no me parecería a mí, hace algunos meses, que he estado »historiando», por convicción propia, toda noticia referente a la secuenciación del genoma de la leucemia linfática crónica (LLC), cuando -desde un periódico extranjero cualquiera, me llegaba la fotografía de Blasco entre Elías Campo y C.L.O, que aparecían como disminuidos a su lado, bajo el titular de <<Los líderes de la secuenciación del genoma de la leucemia linfática crónica>>. Que es cuando digo para mí, y lo digo aquí, hay algo que no me puedo creer. Y entonces, sumas dos y dos pero como el maestro Ortega y Gasset recomienda hacerlo desde sus lecciones de »epifísica», es decir:

<<No basta con lo dicho para entrever que el hombre se pueda encontrar en una de dos situaciones: una auténtica que implica la desorientación y por lo mismo nos obliga a intentar orientarnos; otra ficticia, falsa en que nos damos por orientados […] Y, en efecto, si analizan ustedes su situación notarán que esa orientación en que se encuentran instalados tiene en la últipa resonancia de su conciencia un carácter provisional. Se dan ustedes cuenta de que la han adoptado precisamente para no hacerse cuestión de las cosas; diríase que precisamente porque por debajo de ella, en su última autenticidad se presienten ustedes radicalmente desorientados, perdidos. Este presentimiento, esta posibilidad les produce a ustedes horror y procuran embotarse para ella apartando toda atención, embarcándose ciegamente en las convicciones mostrencas de los otros, instalándose en el lugar común, en lo que se oye decir. Lo cual equivale, a que huyen ustedes de su auténtico sí mismo y lo sustituyen por una personalidad convencional […] La vida es lo que hacemos y lo que nos pasa. Nuestro método va a consistir en ir notando uno tras otro los atributos de nuestra vida, en orden tal que de los más externos avancemos hacia los más internos, que de la periferia del vivir nos contraigamos a su centro palpitante>>.

Así que, yo para esto no tengo respuesta, sólo una inquietud, el sesgo de lo sucedido pero sé que el carácter del héroe es prudente, sé que él sigue adelante con el matrimonio y que el abuelo, el cojonudo abuelo, termina por comprenderlo y admirarlo, y a la »política» del abuso de autoridad, sólo puede seguirle una acción, que es que se haga justicia, no necesariamente, como sucede en la ‘Luz de domingo’ de Jose Luis Garci pero que se haga justicia, que en ese caso del pueblo legendario de Cenciello fue, que a los tres cabrones del cacique se los ventiló el abuelo cojonudo de la nieta, que al final sí que vendió esas tierras que el cacique quería que le vendiera pero a otro, y para que los jóvenes pudieran cruzar el charco e iniciar una vida olvido en la tierra prometida de América. Entonces, lo deseable es otra historia, la mejor historia en nuestra tierra, y que nos cuestionemos que Hirsch, igual lo que propuso lo propuso con la mejor de las intenciones pero que tal vez la calidad de algunos de los científicos sea como la felicidad que -aseguran algunos otros- conoce la inmensa mayoría, la felicidad canalla de la calaña canalla. Porque doctores Gallo -véase En el filo de la duda (1993) que dirigió Isserman– deben existir, hoy por hoy, unos cuantos y unas cuantas.

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Y porque es domingo. Te deseo que te sientas bien. A mí me ha subido algo la temperatura pero mañana camino hasta Pravia y quizá llueva.
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LECTURAS AUDIOVISUALES DE LA CIUDADANA

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