De los parroquianos de Mendata y las alegres comadres


Entra otro cliente, regreso los arcanos al saco. Éste se apoya en la barra, es un concienzudo y por tanto me dirijo a él; nos observaba como si fuéramos bichos raros, ¿usted podría indicarme a dónde debo encaminar mis pasos, en Gernika, para localizar una escultura de nombre <<Marimeta>>? Le pregunto por la obra de Jon Iturrarte, siento que no puedo despedirme de la llamada ciudad de la paz sin haber dado con ella. El autobús tendrá que ser después de eso pero ya la decisión ha sido tomada. Definitivamente deseo estar en el hemisferio Oeste de mi Rosa de los vientos, donde las mejores oportunidades de realización personal surgirán y quedaré exenta de los peligros señalados. Ya expliqué cómo fue que determiné esto. Pero mientras nadie me detenga preguntándome no profundizaré en algunas explicaciones, hasta que surja la energía adecuada, porque la magia, en parte, siempre la tiene el otro, eso es lo que averigüe al principio de ese Camino, cuando aposté por ella.

Calle Iñigo López de Haro -dijo- entre el 7 y el 9. Ente el 7 y el 9, sucede La Justicia (VIII). Te traduzco como elabora mi mente, que ya no se aparta de los números Naturales, en este caso. Si lo recuerdas ese arcano se situaba en el sector de la Ciencia, lo puro racional. Dejábamos atrás esa mañana un lindo caserío en las aproximaciones a Gerrikaitz, tú caminas conmigo e igual no le prestas atención. Yo he pensado lo siguiente al verlo, 22 es un número extraño en el Tarot, porque equivaldría a Le Mat pero éste es el único arcano que no tiene número, en ese sentido es átopos, un inclasificable. Para entendernos, ¿quién era un átopos? Sócrates lo era y el profesor Luri, un conocido de una amiga mía, lo define de ese modo en su ‘Guía para no entender a Sócrates’; libro que si eres peregrino y deseas conseguir yo te regalo. Basta con que te dirijas a la bodega de Rivero y se lo exijas a su »cuidador». Tendrá un naipe dentro, como todos los míos que allí deberían poder encontrarse. Si eres tú, la persona que lo acredite presentando su credencial, ponte en contacto conmigo y dime qué fue lo que te habló… sólo eso me debes. El libro, por cierto, es excelente. Me acompañó durante un tiempo largo. A Teodota la conocí gracias a él y por él supe que Aspasia era acogedora. Ya, intuyo que te preguntas: ¿cómo se vivirá en una mente como esa? Hablamos de la mía, ¿no? Usted, que es quien importa, sabe que es una experiencia fascinante. Pero es como todo lo que uno no puede comprarse, los coches se adquieren, las mentes se cultivan. El alma es el jardín de la mente, el Amado la lluvia que lo hace reverdecerse y florecer. ¿Y Amado es todo? ¿Es que te guste alguien y lo elijas para que te quiera? No, Amado puede decirse que es cuando el Elegido de tu corazón no desea que tu jardín se seque y se llueve bonito sobre él.

A Jesús, que así se llamaba el tipo, le resulté demasiado inquiriente y decidió dejarnos pronto. ¡Cosas! Te pones a juzgar, lo delata tu talante, y al minuto eres interrogado. Con esto digo que a veces si hay que transcurrir y dejar de lado pero en ocasiones conviene darse por aludida y pasar la gamuza por el polvo de las barras. Ya relajadamente, cómodos, la tensión se había distendido del ambiente, seguimos dialogando. Yo tenía que concederme algunos minutos más, para que la sustancia se diluyera y gozar, entonces, de mis plenas facultades físicas. La dueña de la pastora alemana me comentó que Emilio, mi compañero hasta Zenarruza, había pasado por su establecimiento el día anterior pero indignado. Quejándose de un árbol del Camino.

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Entraron otros dos clientes, mismo talante condenatorio uno de ellos, el otro con unos bellos ojos que de inmediato fueron un recuerdo grato de los de usted. Entré en conversación, dije… Pues no sé exactamente lo que dije pero sé que Begiak Urkiñak, lo bauticé así precisamente por sus ojos y él me lo enseñó, comenzó a leer mi cuaderno y a traducir los versos del bertsolari Xenpelar; él también era bertsolari -lo aseveró su compañero. Y fue precioso, me gustó más que aquello que había escuchado de boca de la hermana de Agustín el del Calbeton en Deba. Yo podía no entender mi letra pero para él la lectura resultó sencilla. Versos para la Paz, que a veces hay que hacer imperar por la Fuerza. Bastante de acuerdo está una con Xenpelar. ¿Por qué? Porque el que siempre quiso la guerra no cambia. El amigo de este Begiak Urdiñak no tenía un carácter del todo bondadoso, como mi interprete, cuya bohonomia era patente en la claridad de su mirada. Le pregunté directa: <<¿Me estás llamando chaquetera? Porque te aseguro que no lo soy, si afirmo que el euskera me llega dentro es que me llega; y mi intención es que cuando regrese a Euskadi quiero poder desenvolverme en esta lengua>>. Pero eso no será todo. Les digo: <<Dentro de veinte años os voy a ganar el concurso de bertsolaris>>. ¡Ai ene! Buena la hice. Me explicaron, entonces, lo difícil que era eso de los bertsos. No lo comprendí del todo allí, la parte de la improvisación y la ironía era lo único que contaba para mí. Pero luego, ya indagando, supe que las normas rígidas que incluyen rimas y estrofas se alejaban en mucho del territorio poético, y por tanto libre, en el que yo había situado tal arte. No es que lo descarte ahora pero reconozco que hablé de forma precipitada. Y eso es lo que tiene la ignorancia, que una se pronuncia atrevida en un tema que desconoce, y el otro y sus circunstancias vitales siempre son esto último, y acaba por sentirse tonta y parva. Bueno, hay quien tiene capacidad de autocrítica, que algunos parece que nacen de las barrigas de sus madres ausentes por completo de ella. En la limitación se muestra el Maestro -argumentaba Goethe de algún modo. La educación inteligente y sensible, sobre todo lo último, puede resolver en gran medida este problema. Para quien en verdad lo sea, creo que sí, porque lo que no ayuden las ganas…

Al final los dos hombres fueron simpáticos conmigo, sé que los intimidé un algo, como el antes citado profesor Luri explica de algunas cubanas, si hace falta,  yo me salto las distancias higiénicas, de cualquiera que lo merezca, a la torera, me negué a que me acercaran a Gernika, y  me despedí del enamorado y la joven vasca. El Camino continuaba.

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*Estimado visitante o lector, esta entrada forma parte de un conjunto más amplio y de una experiencia terapéutica. Si has dado conmigo remitido por alguna amistad o bien porque la casualidad te guió hasta mí, te recomiendo que lo visites por si pudiera ser de tu interés. El enlace al que yo personalmente te remito es el siguiente EVOLUCIÓN, donde te dirijo unas palabras.

** Si te encuentras dentro de La lectora y la Magia, hallarás este Camino íntegro en la pestaña que aquí figura como Vía Evolución. En otros apartados de esta bitácora existen experiencias anteriores relacionadas con el Camino a Santiago o milenaria peregrinación por la ruta de las estrellas. Además de otros apartados en las diversas pestañas cada uno con sus particularidades, donde el contenido global de la misma ha sido o esta siendo listado.

*** Puedes igualmente plantear cualquier pregunta o duda en los comentarios, sea esto porque hayas llegado aquí en busca de algo, y no hayas sido capaz de dar con ello, o sea porque la inquietud te ha surgido aquí mismo. A veces me encuentro en el Camino y no en el albergue virtual, de todas formas regreso. Gracias por tu atención .*)

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Es uno filósofo guardando silencio